5 de junio de 2013

SIN DERECHO



 




Me juzgas
acusas
y condenas,
con palabra
férrea
dices conocerme,
equivocación grande
no soy un ápice
de lo que piensas,
te abrí mi corazón
dejándolo volar
como potro
de fantasía para
que llegara a
reposar en tus
brazos,
quise olvidar
los días de
humillación
y desdén,
resguardándome
del odio asesino,
pero… sin evocarte
te presentas,
insistente
a recordarme que
fui un fantasma
en tu vida,
del que te mofabas,
haciéndome creer
era tu diosa,
luego en segundos
poca cosa.

4 de junio de 2013

MINUTOS





Regálame tus instantes,
que el surco de tus manos sean mi destino,
tu camino que se una con el mío,
que soplos australes nos junten
tus soles y lunas compártelos,
recostado en mi hombro, declamando
un poema de amor.
Vibrando tu lira en versos inéditos,
como divina inspiración  que seduce penetrando
hasta los tuétanos.
Con la paz del atardecer y la soledad del cielo,
mírame a los ojos el tiempo suficiente
para beberme tu alma… y así,
saciar mi espíritu unos minutos que llenaran
el resto de mi día de poderosa y dulce calma.


Pintura : Emile Vernon

1 de junio de 2013

JUNIO










Vuelves una y otra vez,
y siempre me encuentras
esperándote enamorada,
un nuevo amanecer de poesía
indecible me regalas.
Tus verdes y solitarios campos
predicen los frutos de tu tierra,
al asomarse las primeras lluvias ligeras;
abro mi pecho escribiendo versos
que tu inmensurable paisaje me inspira
el viento se lleva mis suspiros,
tiembla la emoción en mis pestañas.
Cuando contemplo extasiada
la divina floresta que me
acoge en sus entrañas,
minutos de Junio voz de lisonjas
bifurcas mi pensamiento,
abriendo mis labios para cantar
alabanzas de agradecimiento.




29 de mayo de 2013

EN VOZ ALTA












¡No me dejes caer al vacío!
¡Sujeta fuerte mis manos!
¡Por favor! No dejes de mirarme,
susúrrame por medio del viento tu amor,
Con el manto plateado de la luna
esconde o borra mi agonía,
que el candor de las estrellas me
regalen siempre una sonrisa,
un toque etéreo necesita
mi compungido espíritu.
En este sendero con abrojo que no se
congele mi alma ni la hiel salpique
mi corazón  que débil desvaría
ante tanto estío,
el abismo y sus sombras de muerte
que aun no me asechen;
aun tengo un caprichoso paraíso
con añoranza blanca que se recuesta
desnuda a furtivas del mundo.
Solo déjame ser una flor esplendente
de la floresta, pero no me sueltes,
que sin ti, muero.


Pintura: Edouard Bisson