13 de julio de 2013

JULIO







¡Triste mañana! … Bajo bruma
bajo los rigores del invierno,
la lluvia sacude las hojas
de los árboles,
Húmedas calles, charcos por doquier,
ríos crecidos ¡Reverdece el campo!
la brisa cimbrea.
Un niño canta y vigila tras la ventana
el nuevo día.
ayer quedaron los cadáveres de ideas,
mudas para siempre,
dulces voces se presentan ante mi silencio;
las escucho como flores
de un edén soñado.
Un te amo, un abrazo arrullador,
El tiempo avanza… sin remedio.





10 de julio de 2013

EN LA DISTANCIA EN EL MISMO TIEMPO






Ya pronto entra la noche,
ya pronto se tiñe de negro mi cielo,
con delirio sin final
detrás de mi alma,
vigilo en silencio tu imagen
que penetra en todos mis sentidos.

En este abismo llamado distancia,
escucho tu llanto desesperado flotando,
tus ruegos al firmamento
descienden a mí como abrazos
de luz increada.

Elevada en los pliegues del viento
por tus suspiros susurrándome al oído,
recuesto mi cansancio
en la lámpara de tu pecho.


4 de julio de 2013

CANSANCIO






Cristal húmedo de la ventana,
roció amanecido en el capullo y grama,
un pájaro negro salta y grita en la calzada,
alfombra de eucalipto refresca y aromatiza la mañana
dos niños sonríen diciendo adiós,
el amo y su perro sigilosos pasean.

La densa bruma… señorea,
un perro vagabundo se reguarda del frio,
maratonistas veloces pasan,
despierta el pueblo y su afán;
mientras un alma entre tantas languidece,
en el canapé de nostalgias,
con dos manos vacías,
como templo sin sacerdote,
como ataúd sin su muerto.

Camina en campos desiertos con el cariño
sincero trabado en el corazón y el pensamiento,
los labios helados… ausentes de besos,
sus brazos secos como árido desierto
sin caricias que le alienten.

Con la mirada serena vigila el firmamento
lanzando su dolorosa lira,
exprimiendo gota a gota su melancolía,
deseando morir ese mismo día.


2 de julio de 2013

MI DIA







Se anidan las ideas en el pensamiento,
deambulan en penumbras,
en esta casa… llamada corazón.

A veces se me escapan los sentires,
hechos poesía,
pasa burlón el viento… arrancándome
de los labios del alma,
el más escondido secreto,
fresca y alegre me besa la alborada
sorprendiéndome con abrazos la luz dorada.

Un concierto de violines angélicos,
protagonizan los querubines del celeste cielo,
regalándome un adagio,
en mi simple y rutinario sendero.

En el árido asfalto dejo cansada,
mi huella al ponerse el día,
las sombras de la noche me acunan;
haciendo cenizas mí fatiga,
flagelada en mí lecho,
veo congelados mis sueños;
y un anhelo orbitando sobre el océano.