16 de septiembre de 2013

POETA PARTE II






En una habitación austera,
una vieja mesa ,
 humea una tasa con café,
sonetos y poemas sueltos
relatos incompletos;
tinta y papel dispuestos.

Silabas y consonantes
se encuentran
formando versos,
concatenándose como
rompe cabeza.

Poeta,
bohemio exiliado,
amor expuesto al viento,
que vagas en el anonimato
repartiendo sentimiento,
pasión y protesta.

Solidario al dolor ajeno
libre pensador, muchas
veces sin reconocimiento,
con la cara a la brisa fresca
vuela tu pensamiento,
desvistiendo el alma con
letras de fuego.

Despertando a los ángeles
que yacían
en la hondura bruma,
hoguera de sentires plasmas
viendo el espectáculo que
ofrece el día a día,
dentro y fuera de tus fronteras.

15 de septiembre de 2013

DESAPARECIDOS






Despellejada la esperanza,
de lejos verla pasar,
manada de escoria los que ríen
ante el dolor ajeno,
haciendo fiestas
sobre los muertos… sus victimas
sin piedad, cruelmente asesinan,
desmembrando sus cuerpos
por ende una familia mas,
sumiéndola en gimiente agonía,
hoz de llanto,
negro dintel de muerte presente.

En esquinas capitalinas
o plazuelas pueblerinas ciprés de
cementerio se huele en el viento,
legiones infernales se han levantado
robando la paz y vidas de esta
ciudad mía.

¿Hasta cuándo pulgarcito has de
respirar aliviado?
¿Hasta cuándo? tus calles amanecerán
con sangre inocente,
¿Hasta cuándo tus cerros?
 Alojaran
carne putrefacta,
de nuestros desparecidos.






12 de septiembre de 2013

ESCONDIDA












Cabizbaja, pensativa,
caminado sin prisa en
el viejo boulevard,
sustraída
del ruido mundanal.

En una gruta del alma,
encuentro,
que no tienen sentidos
mis días.

Voy y vengo como veleta,
llorando por dentro,
con plegaria desgarrada
me encierro
en mi propio miedo.



5 de septiembre de 2013

LLUVIA EN EL ATARDECER





Ha dejado de llover,
las hojas de los árboles
están mojadas y  temblando,
la tierra empapada,
aun está tronando
bandada de pericos pasan
volando y gritando.

El sonido de las gotas que
revientan en los charcos
se tornan susurrantes,
dulce calma ha quedado,
después del torrente de agua
que el campo y la ciudad han bañado.

Una melodía de arpa y violín,
suavemente suena de un viejo radio,
en una humilde casa que resguarda
una anciana mujer,
que en penumbra de soledad deambula,
en su estío languidece gota a gota.

Con ojos sin brillo,
apacible contempla el cristal húmedo
de la ventana, un gato blanco, a sus pies
busca mitigar el frio
y le acompaña fiel en su martirió.

Una mecedora y una agrietada mesa
son sus mejores pertenencias,
en su pecho un corazón con escarcha;
su alma llora sin  derramar lagrimas,
                                                     exiliada se refugia en la nostalgia.