28 de julio de 2012

LIBRE











Las sombras se agitan
enardecidas huyen ya no tienen
espacio, con un espíritu vibrando
de extrema alegría.
sigilosos habitaron la casa marchando
en cortejo fúnebre, agobiando el
ambiente retorciendo la existencia,
deteniendo el tiempo, estrujando
el pensamiento.

Alegría, sosiego, anhelos y sueños
habían inmovilizado, amarrados a una
silla y enviados al desván a oscuras y
enmudecidos en tiempo milenario.

A carcajadas el ángel de la muerte una
danza constante conmemoro, en sus
labios disfruto la alegría que sustrajo,
tragándosela y vomitando sus crueles
y mortales hieles y amarguras.

Las plumas blanquísimas de alas astrales
de los sueños, sin aspavientos cortaron
llevándolo al estancamiento, cayendo en
un hondo pozo sin remedio.

Le sustrajeron sin clemencia los ojos al
anhelo, para que no pudiera avanzar con
los sueños.

La tristeza se mofaba por haber atado a la
alegría, la inquietud arrincono al sosiego
gritándole improperios noche y día.

La piedad, se acordó!!
que hacia muchos días sus hermanos
no veía.

Guiada por la divinidad
llego al desván, abriéndoles la puerta y
devolviéndoles la libertad.

Agitadas y asustadas las sombras tenebrosas
huyeron al entrar la luz celestial.


UN AMANECER DE MAYO














Mañana gris
niebla abrazando los árboles,
roció bañando el techo de la ciudad,
ha vomitado el cielo una llama de gas
inundando el andar de la gente en
el boulevard.

Desnudos los lirios con escarcha de roció
imponentes exhiben su ineludible
belleza, frondosos conacastes sus desnudas
ramas reverdecen con la algarabía
mañanera de loras y otras aves.

Ondea el viento la dócil melena de una
hermosa damisela que con delineada
sonrisa saluda el nuevo día,
la linterna de luz amarilla hace
esperar su gloriosa salida.

Un cortejo escolar con sonrisa callada y
paso de gladiador avanza penetrando la
niebla que abraza sus diminutos y frágiles
cuerpos, cargando en sus espaldas el
conocimiento que mañana los llevara
al éxito.

Mustios o alegres los rostros de las almas
van en su mundo tejiendo un mejor futuro,
un perro vagabundo tirita de frió y con
ojos tristes parece pedir cariño.

Una dulce anciana con andar pesado
arrastra sus pasos, con hondos suspiros se
aferra a la vida avanzando en la mojada hierba.

¡Esplendida! Mañana gris
envolvente niebla,
inevitables cánticos de alegría
mi alma grita,
¡corriendo! ¡corriendo! En el boulevard que
me lleva al éxtasis de una inmutable felicidad.