28 de julio de 2013

LA ÚLTIMA CARTA



Desde que partiste,
he dedicado mis días a esperarte volqué mis horas para alimentarme de recuerdos, aquellos que me llevaron a la cima del cielo y me hicieron creer en el amor etéreo.
He besado tu imagen levantándola al cielo pidiendo tu pronto regreso.
Me he levantado con los rayos dorados anhelando escuchar tu vos y guardarla una vez más en mi corazón, me he acostado con la luna sollozando le he dicho, hazle sentir que mi espíritu trasciende en tiempo y espacio, que en sus segundos de estío… yo le abrigo.
En este largo y solitario sendero he visto atrás, y encontré nostalgias colgadas de todo lo que juntos vivimos.
Tu sombra alada me sobresalta, creyendo que sorpresivamente has venido a buscarme, decepcionada y aun soñolienta, acomodo la cabeza en la almohada…solo, solo era un dulce sueño.
 Aunque no hubo un juramento ante Dios y los hombres, jure amarte y respetarte y nadie más entregarme.
Le he platicado al viento elevando mi pensamiento, escribiéndote muchos versos que quiero declamarte recostada en tu pecho.
He querido que la vida se vaya despacio para reencontrarnos y no separarnos escucho caer la lluvia y en ese instante necesito tus fuertes brazos, no sé si aún me amas? si mi nombre crepita en tus labios, no sé si aun vivo en tu pensamiento?
Si es así… hoy te escribo esta última carta, con el alma deshojada y moribunda esperanza, mi salud ha sido minada por una cruel enfermedad  y antes de partir al sueño eterno,
déjame, déjame por última vez verte, sentirte y asi no sentir miedo al desprenderme de este cuerpo.