6 de diciembre de 2014

PESARES OCULTOS





se apaga en el horizonte
la eterna dorada farola,
rompiéndose el suspiro ante
el ineludible estado de tinieblas,
coronándose como austera noche.
Sombra misteriosa,
sigilosa, muda y traicionera
arrulla,
con alas diáfanas se acerca la
infausta hora,
cascada de pesares,
disfrazados de azucenas,
provocan llanto tras llanto,
con férvido canto,
trizas sin piedad
 flagelan el espíritu,
araña el frio el alma.
 Y en el santuario de alabastro
busco a Dios en el vacío,
con el latido suspendido.
¡Gritando como espectros
trenes de la madrugada!
La gota de la esperanza
yace en el fondo de un pozo
perdido en la densa niebla.