Tengo la memoria clara
con muros de anhelos,
solo a mí, tu figura eriges,
entre letras y
canciones
tu pensamiento de
hombre,
en papel blanco y
lienzo virgen
escribes y pintas tus
íntimos
sentires,
tu sutileza viaja
empapando
el alma, albergándose
con dulce calma.
Despacio derramas tu
vino,
calmando mis ansias;
de tu mano bebo el
cáliz,
todas las mañanas,
en la orilla callada
de esta distancia.