9 de agosto de 2013

LUZ ETÉREA









Tendida sin fuerzas
sobre el árido asfalto,
bajo el sol quemante
de medio día,
con sonidos de congoja
cojeando el corazón;
los párpados apretados,
arrastras busca el regazo
de la efímera quietud.


Solemnemente una luz
le abraza,
poniendo en el pecho
la esperanza,
interminables raíces
de amargura y tristezas
afloran.


Volcándose a los
asesinos callejeros
de ciudades ácidas,
licuada piedad,
desciende en forma
de escalera.


Ante la mirada absorta
del mísero barro,
con desnudes pagana,
de frente;
le recibe y acoraza.