15 de abril de 2013

TARDE






Llegue a tu vida
cuando la puerta ya
estaba cerrada,
a tus labios ocupados
en otra boca,
a tus brazos con dueña
de tus arrullos y mimos,
llegue… cuando las sombras
se presentan con la calma,
reina de una noche fría.
Me perdí en el tiempo
equivoque mis pasos,
gimiendo de pena en la
madrugada aprendo abrazar
un fantasma, a la espera
de una efímera mirada.
Suficiente
para abonar mis días,
tu risa extraña
tu acento grave han tocado
mi oído, anidándose en
este pobre espíritu,
que errante vaga como
perro vagabundo,
 buscando un poco de abrigo.