Aguarda en la nada del silencio
antes que el sol se levante,
su voz susurra, habla con Dios
en alas blancas van sus plegarias,
para sus hijos y nietos.
Su presencia es hermosa
mas que las flores de los campos,
la ternura de sus manos
son protección sin igual,
es roció matinal su sabiduría
enjambre de cariño y exhortación,
para guiar el camino
luz encendida aun
cuando está dormida.
Sin conocerme
ya me amaba en la oscuridad
su entraña me acariciaba,
es mi ángel de la guarda
vive aliada con el creador del universo,
para que guarde mis pasos
cuando estoy lejos.
Su amor es único
sin reservas ni condiciones
tengo la dicha de tener
una dulce madre,
que perdona mi falta
y no vuelve a recordar,
el orfebre divino la creo
para cuidarme y amarme,
su amor es insondable
como el amor de Dios-