5 de septiembre de 2013

LLUVIA EN EL ATARDECER





Ha dejado de llover,
las hojas de los árboles
están mojadas y  temblando,
la tierra empapada,
aun está tronando
bandada de pericos pasan
volando y gritando.

El sonido de las gotas que
revientan en los charcos
se tornan susurrantes,
dulce calma ha quedado,
después del torrente de agua
que el campo y la ciudad han bañado.

Una melodía de arpa y violín,
suavemente suena de un viejo radio,
en una humilde casa que resguarda
una anciana mujer,
que en penumbra de soledad deambula,
en su estío languidece gota a gota.

Con ojos sin brillo,
apacible contempla el cristal húmedo
de la ventana, un gato blanco, a sus pies
busca mitigar el frio
y le acompaña fiel en su martirió.

Una mecedora y una agrietada mesa
son sus mejores pertenencias,
en su pecho un corazón con escarcha;
su alma llora sin  derramar lagrimas,
                                                     exiliada se refugia en la nostalgia.