Se anidan las ideas en
el pensamiento,
deambulan en
penumbras,
en esta casa… llamada
corazón.
A veces se me escapan
los sentires,
hechos poesía,
pasa burlón el viento…
arrancándome
de los labios del
alma,
el más escondido
secreto,
fresca y alegre me
besa la alborada
sorprendiéndome con
abrazos la luz dorada.
Un concierto de
violines angélicos,
protagonizan los
querubines del celeste cielo,
regalándome un adagio,
en mi simple y
rutinario sendero.
En el árido asfalto
dejo cansada,
mi huella al ponerse
el día,
las sombras de la
noche me acunan;
haciendo cenizas mí
fatiga,
flagelada en mí lecho,
veo congelados mis sueños;
y un anhelo orbitando sobre el océano.
y un anhelo orbitando sobre el océano.