4 de julio de 2013

CANSANCIO






Cristal húmedo de la ventana,
roció amanecido en el capullo y grama,
un pájaro negro salta y grita en la calzada,
alfombra de eucalipto refresca y aromatiza la mañana
dos niños sonríen diciendo adiós,
el amo y su perro sigilosos pasean.

La densa bruma… señorea,
un perro vagabundo se reguarda del frio,
maratonistas veloces pasan,
despierta el pueblo y su afán;
mientras un alma entre tantas languidece,
en el canapé de nostalgias,
con dos manos vacías,
como templo sin sacerdote,
como ataúd sin su muerto.

Camina en campos desiertos con el cariño
sincero trabado en el corazón y el pensamiento,
los labios helados… ausentes de besos,
sus brazos secos como árido desierto
sin caricias que le alienten.

Con la mirada serena vigila el firmamento
lanzando su dolorosa lira,
exprimiendo gota a gota su melancolía,
deseando morir ese mismo día.


2 de julio de 2013

MI DIA







Se anidan las ideas en el pensamiento,
deambulan en penumbras,
en esta casa… llamada corazón.

A veces se me escapan los sentires,
hechos poesía,
pasa burlón el viento… arrancándome
de los labios del alma,
el más escondido secreto,
fresca y alegre me besa la alborada
sorprendiéndome con abrazos la luz dorada.

Un concierto de violines angélicos,
protagonizan los querubines del celeste cielo,
regalándome un adagio,
en mi simple y rutinario sendero.

En el árido asfalto dejo cansada,
mi huella al ponerse el día,
las sombras de la noche me acunan;
haciendo cenizas mí fatiga,
flagelada en mí lecho,
veo congelados mis sueños;
y un anhelo orbitando sobre el océano.





27 de junio de 2013

ADIOS




Te dejo mi silencio,
papel y lienzos que siguen blancos,
escribe o pinta está historia,
que termina como fugaz estela
sobre el mar.
Me llevo aquel viejo poema que nació
cuando te esperaba, cuando mis ojos
no te conocían,
aquella promesa ya… agrietada
que no cumpliste,
te dejo mi sombra alada tras la
ventana de tu soledad.




 Pintura:  William Adolphe

25 de junio de 2013

IMPOTENCIA












Hay historias lejanas o
escondidas detrás del alma,
palabras mudas;
Cautivas en el pensamiento.
Nudos retenidos en la  garganta,
con la emoción temblando
en las pestañas,
pedazos de alegría corriendo
desenfrenados a la par de la brisa.
Caduca el día,
Deslizándose el sol tras la montaña,
el paladar sabor a hiel y el espíritu
con moribunda esperanza,
besa la noche buscando una lámpara.