30 de noviembre de 2013

¡ VIVIR !



¡Hermoso día!
Magistral amanecer,
hechizada ante el ondeante
viento que enamora
al pasar.

De pie, envuelta de aire
Impalpable… es la esperanza,
el miserere en el corazón,
agito el demonio y huyo.

De dolor indecible,
estrujo el cuerpo,
la carne tembló, mísero barro
que fácil, se quebró.

En el vasto atardecer y
gloriosa alborada,
con cerviz humillada
y ojos cerrados… el sol,
no dejo de brillar.

Los sueños y anhelos
crearon una revolución interna,
elevando el espíritu sobre las nubes,
volando sobre el quebranto,
luchando contra la muerte.


Con alas invisibles aferrada a la vida,
activando las fuerzas del cosmos,
besando la  matriz de la existencia,
 ángeles se pronunciaron al lecho,
 donde yacía agobiada, derramaron vino fresco
sobre está mortal… que una vez más,
 se vuelve a levantar.


22 de noviembre de 2013

VALLE DE SOMBRAS







Insoportable insoportable, insoportable,
dolor fiero incesante,
como agreste vendaval,
en las sombras
silentes señorea sin tregua,
infernal demonio torturador.

En el valle de congoja,
lentos avanzan los segundos
eternizando la tribulación,
balbuceando con quebranto indecible,
la madrugada recoge inevitables lágrimas.

Majestuosos días con corona dorada
y gélida brisa, acarician la faz marchita,
decadente anatomía, arrastras busca
en la fresca rosa matutina,
y el verde de los arboles… brillar la esperanza.

Augurando bienestar, las cálidas manos maternas
y la inocente mirada de un niño impulsa,
el deseo de vivir.


Queridos amigos disculpen los dias de abandono
por motivos fuertes de salud, tuve que ausentarme obligadamente,
aqui estoy de nuevo para seguir compartiendo con cada uno
y ponerme al dia con sus hermosas obras, saludos cariñosos para todos.

15 de octubre de 2013

SOLA OTRA VEZ






 
Cuantas horas perdidas,
como agua entre los dedos,
creí disfrutar,
el nácar celestial.

En la ternura de tus brazos
y la dulzura de tus besos,
tu presencia era bálsamo
a mis heridas.

Me sacaste de horas
de insomnio,
el sol entro otra vez
a mi ventana.

Catedral de poesía me
regalabas mientras el
santuario de la naturaleza
nos absorbía.

Murmurando con el viento,
la belleza del amor
amanecía.

Entre vergeles y cándidos
jazmines ávida, te esperaba
al terminar el día.

Hoy con triste calma te evoque,
muchos días estuve moribunda de pena,
después de tu abandono,  creí morir.
amanece y voy caminando por las calles,
sola otra vez.