30 de agosto de 2014

QUIMERA


Prendida de la nostalgia
vaga intermitente la esperanza
en acantilados remotos,
frio que flota,
boca reseca,
ojos en el pasado tempestuoso,
suspiros  vánales al viento,
lagrimas insensatas,
todo por evocar un triste recuerdo.

Llega sin previo aviso
de largos caminos,
dejando bruma en el alma,
en harapos el espíritu,
miserables segundos,
asfixiante existencia,
siniestros ligados latidos
golpean el pecho.

De tinieblas heladas rodea
la carne que tiembla ante
la inminente y mezquina soledad,
en callejones oscuros
se pierde el pensamiento,
a veces anhelando
el cielo azul entre los dedos.

Hechizada de dolor,
ante mi…una efímera luz dice
que pronto… amanece.