Un rayo de luna
será mí
compañía en esta
serena noche
de nostalgias,
mi corazón dejare
que cierre
cada herida con el
murmullo
del sigiloso aire.
Quizás con cantos
delirantes
dejare que mi alma
sea mariposa,
para que vuele en
llanos desconocidos
que se eleve por
todo el basto mar
pero no con alas
de cristal,
que respire
vientos salinos,
que escuche las
caracolas y las olas al reventar.
Con sutileza
saldré de la prisión,
y al incorporar
mis ojos al inmenso cielo
dejare que
descienda la gracia divina
para que llene mi necesitado
espíritu.