Hoy el dia amanecio nublado
los rostros de las personas que
caminan en el boulevard tristes y
agonizantes ván.
El genio de la luz a pausas se va
levántando, las cuerdas doradas
lentamente tomarán su fuerza diaria.
Silencioso y nublado coménce el dia
con un leve suspiro del viento,
habló con el ángel misterioso que me
acompaña noche y dia.
Un triste árcangel de dolor, a
llenado mis labios de un mal sabor
hiere y argertas mis dias, lagrimas
de pesar he llorado.
Cántos lúgubres el corazón me ha
cántado, como gacela en movimiento
pasan mis dias llenos de incertidumbre
y agonia.
Tortuosos han sido mis dias y noches
para esta debil carne, que un dia la
tierra ha de abrazar, el reguero de
estrellas he inténtado contar, para
ser menos aústera esta condena mortal.
¡Cuánto hielo a congelado mi alma!
un vacio sepúlcral me sobresalta,
en segundos pierdo la calma.
Cuándo menos lo espero el viento
comienza a soplar a mi favor,
trayéndome el fragánte aroma de
rosas que mi turbado espiritu necesita.
Tiembla mi carne aferrándome a la vida
a fúrtivas en el alba he llorado,
pidiendole a Dios me de su dulce calma.
Cuelga del cielo una esperanza,
blanquisima y callada luz desciende
en una inmensa escalera de
amapolas y azucenas.
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