Poesia, es la vida la voz de la musa que nos llama a escribir a desprender del alma, las más bellas emociónes y sentimientos, mezclando asi la diversidad de nuestro existir, aflorando para deleitarse en el arte literario por medio de los versos la prosa y más.
21 de septiembre de 2012
LA HUERFANA DE LA COLINA
Gritaba minuto a minuto noche tras noche
dejando escapar sus palabras y con ellas toda
su agonía gran quebranto que le arrinconaba
desarmándola y llevándola al más hondo
acantilado.
Con tormenta y breñales recuerdos mordiendo
el polvo la mano en puño cerrado tirada en el
suelo de la nostalgia abrazándola el demonio
de la amargura sus labios cantos profanos
entonaban con sus ojos llenos de lagrimas viendo
el firmamento con lamentos renegaba
de su existencia.
Después de tanto llorar y hacer preguntas a la
luna que muda presenciaba el dolor y angustia
recogía sus piernas abrazándolas y en posición
fetal sollozaba diciendo miserable vida
miserable vida.
Como daga ancestral un dolor hinco nado en su
pecho en desgarro total desprendía su impotencia
vaciando alma y espíritu.
Se perdía en tiempo y espacio contando sus horas
de hiel con pulso tembloroso y denso frio el espíritu
de la calma le gobernaba por segundos.
Rendida como lirio desmayado en el lecho de tristeza
caía de tanto llanto recogía las migajas de cariño que
con vehemencia escondía en el único lugar donde
experimentaba libertad.
En sus memorias en sus pensamiento vagos recuerdos
de cariño que como pirata avaro escondía con recelo.
hilos dorados le sorprendían bañada de roció amanecía
en el asfalto del patio trasero con ojeras y pálida cara
se levantaba y otro día comenzaba.
Decepcionada otra vez de haber amanecido con vida
de rabia y melancolía se vestía para enfrentarse a los
que cruel la humillaban y escupían.
Trabajos brutos hizo para sobre vivir cada día
tiranos y abusadores no faltaron, vagos e indigentes
cualquiera quiso poner su sucia mano.
Como hombre muchas veces tuvo que defenderse
con pequeñas manos y débiles piernas notoria era
su presencia.
Por la crueldad de algunos humanos siempre a la
defensiva vivía.
En ausencia de padre y madre mujer se hacía avanzando
los días anhelando en su corazón abrigo y protección,
Ojos varoniles un día le vieron le amaron por su constante
lucha por tanto, dolor dejo que pasara el amor de lejos.
Manos cristalinas su frente acariciaba brazos diáfanos le
abrazaban cuando lloraba con amargura su desventura.
Con sonrisa de paz blanco y pálido rostro manos entrelazadas
sobre su pecho sin espíritu y alma amaneció una mañana de
Julio la huérfana de la colina.
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