Bajo el cielo nocturno
un suave viento se entre mezcla
en la marejada de mis pensamientos,
un manto plateado me cubría,
mientras con ojos cerrados
volaba
para vivir en ti, dentro de tu piel siempre.
Allí donde las sombras se
levantan cautiva
soy de los rayos de luz
que hay en tus ojos,
desgarras mis desvelos,
crucificas mis furtivos
deseos,
no hay un final solo un
infinito que se mueve
en un mágico espiral,
donde vivo y muero