Ha dejado de llover,
las hojas de los árboles
están mojadas y
temblando,
la tierra empapada,
aun está tronando
bandada de pericos
pasan
volando y gritando.
El sonido de las gotas
que
revientan en los
charcos
se tornan susurrantes,
dulce calma ha
quedado,
después del torrente
de agua
que el campo y la
ciudad han bañado.
Una melodía de arpa y
violín,
suavemente suena de un
viejo radio,
en una humilde casa
que resguarda
una anciana mujer,
que en penumbra de
soledad deambula,
en su estío languidece
gota a gota.
Con ojos sin brillo,
apacible contempla el
cristal húmedo
de la ventana, un gato
blanco, a sus pies
busca mitigar el frio
y le acompaña fiel en
su martirió.
Una mecedora y una
agrietada mesa
son sus mejores
pertenencias,
en su pecho un corazón
con escarcha;
su alma llora sin derramar lagrimas,
exiliada se refugia en la nostalgia.
Por un momento cerré los ojos y creí ver el lugar donde me crié....Gracias.Un saludo desde Almería.-
ResponderEliminarhttp://visual-anjespinosa.blogspot.com.es/
Angel que me alegras con tu presencia,
Eliminary haber logrado algo tan hermoso, como recordar
tu infancia.
Saludos cariñosos.
Bonitas y enternecedoras imagenes, un fuerte abrazo
ResponderEliminarJose Maria honrada con tu grata presencia,
Eliminargracias por tu amable tiempo y gratificante comentario.
Abrazos cariñosos.
Poética descripción sobre el inexorable tiempo que para nadie se detiene, sobre la vejez...
ResponderEliminarAbrazos Karla. Buen fin de semana
Fina
Fina hermosa amiga, mil gracias por estar siempre presente,
Eliminarme alegras mucho, siempre que dejas tu dulce huellita en este espacio que
les comparto con mucho cariño.
Te envio un cálido y sincero abrazo.
Precioso aunque triste y nostálgico, me recuerda viejos tiempos.Un placer visitarte.Te sigo.Besosss.
ResponderEliminarMuchas gracias por pasar,
ResponderEliminarespero sean buenos tiempos
los que evocaste.
Abrazos cariñosos.
¡Qué nostálgico y bello es este poema, parece sacado de un paisaje de otoño! Es muy triste la vejez inundada de recuerdos, cuando ya todo lo bueno de la vida ha quedado atrás, y solamente queda un rastro de memoria, como un baúl viejo para ir sacando lentamente los recuerdos de seres queridos que no han vuelto. Y ya no hay ni siquiera nietos que ronden la vida, y dejen sus dulces juguetes esparcidos en los rincones. Hoy sólo queda una casita polvorienta para ir dejando las horas vencidas. Felicito tus letras, Karla. Y te cuento que he dado por casualidad con tu bello blog. Yo también quiero invitarte cordialmente a visitar mi blog, cuyo link es: http://elsenderodemisversos.blogspot.com Me llamo Ingrid Zetterberg y escribo poesía desde los 11 años de edad. Serás bienvenida a mi blog, y por favor no olvides de dejar algún breve comentario. Te dejo mi saludo fraterno desde Lima Perú. Ingrid Zetterberg
ResponderEliminarIngrid muchas gracias por tu amable invitación, me alegra muchisimo que te haya gustado esta entrada, si es muy muy triste una vejez asi, lastimosamente hay muchos casos irremediables, gracias por tu grata presencia desde el bello Perú, tambien tendras mi visita, eso ni lo dudes.
EliminarUn cálido abrazo.