Eran débiles los cristales
que se rompieron en mil fragmentos
al impacto de una gota de agua,
en la bastedad del tiempo solo fueron
palabras ululantes.
Como mariposas que volaron
en el jardín de mi corazón,
elevó mi espíritu al sitio
de las montañas allá en el cielo,
con su brisa suavemente fresca.
Se suspendía el tiempo
con su canto zalamero,
desbordando las horas eclipsada
en un salón astral rodeada de espejismo.
Un mimo creativo como transparente
roció del amanecer,
velos era la aurora tras la ventana,
mientras un manto bordado con hilos de oro,
cubría su pecaminosa y ponzoñosa conciencia.
Como lobo herido aulló escupió improperios
a la fulgurante luna,
flagelando el viento con su veneno
contaminando la atmósfera en sus cuatro
puntos cardinales.
Serena y en total quietud en el más
absoluto silencio presencie…vi,
un nimio revolcarse en su ultrajado ego,
manaba de sus poros abiertos
la vulgaridad y funesta soberbia.
Férreo en su empobrecida auto estima
Lloro e insulto como imberbe,
rabia y arrogancia in contenida
supuraba sus venas,
siniestro y cobarde ser que se oculta
tras
maravillosas mascaras.
Hola Karla.. La rabia y la arrogancia no son buenos compañeros, aunque los oculten una máscara..
ResponderEliminarDicen que : El éxito sin honor, es el fracaso más grande.. Precioso poema, muy tenso y desgarrador..
Un abrazo..
Gimenez muchas gracias por estar atento,
ResponderEliminarcerteras tus palabras...en la arrogancia y rabia fea combinación.
Un abrazo.