Se levanta esplendorosa la mañana
con la brisa de verano ondeando las hojas
de los arboles el roció cuajado
en la verde hierba con exquisito
aroma a nuevo día.
La cordillera vanidosa brilla
con su velo dorado,
absolutamente perfecto avanzan los segundos,
mientras acaricio la melodía que dejaste
flotando en mi memoria.
Enamoraste mi alma
tanto que cada átomo de mí ser vive amándote,
las flores bellas y agradecidas
se extienden a la luz del sol,
así mi espíritu se aviva con tu amor.
Ilusionada y entusiasmada,
en tus brazos me dejo llevar volando
en total libertad,
el viento frió y sigiloso nos acompaña
al bailar nuestro vals.
Tus ojos negros como la cóncava noche
me invaden me hechizan,
no tengo escapatoria, y ni quiero escapar,
bajo la plateada luna, muda te escucho,
tu eres el amor, todo cuanto quiero a mi lado.
En el dulce silencio
nuestras almas se besan iniciando a nuestro
alrededor un adagio,
tus delineados labios afables me dicen,
eres la mujer que amo… cariño mío.
Hola Karla.. Un placer leerte, tus poemas son como la luz de la plateada luna..
ResponderEliminarUn abrazo..
Gimenez muchas gracias por tu tiempo y huellita en este espacio.
ResponderEliminarUn abrazo.
😀😀😀 muy bonito Karla.
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