Que tus dedos sean pétalos de seda,
sobre mis parpados transportándome
al mundo del sueño,
donde quiero encontrarte con brazos
extendidos con afable sonrisa y dulce voz,
diciéndome aquí estoy esperándote vida mía;
siempre en nuestro lugar de encuentro… los sueños.
sube a la barca y naveguemos juntos.
Sin requerimientos, sin testigos que señalen lo nuestro
y esto tan grande que llevamos dentro,
Bajo el cielo y sobre el inmenso mar,
Amémonos sin recato.
Como dos potros con rienda suelta,
que nuestros cuerpos gocen sobre la alfombra
de anhelos que las almas vuelen atravesando fronteras,
el fuego ardiente de la pasión vencerá cualquier océano,
arrópame con ilusiones y esperanzas,
hasta despuntar el día;
deja que con ala blanca, dormida o despierta
sueñe enamorada.