Despellejada la
esperanza,
de lejos verla pasar,
manada de escoria los
que ríen
ante el dolor ajeno,
haciendo fiestas
sobre los muertos… sus
victimas
sin piedad, cruelmente
asesinan,
desmembrando sus
cuerpos
por ende una familia
mas,
sumiéndola en gimiente
agonía,
hoz de llanto,
negro dintel de muerte
presente.
En esquinas
capitalinas
o plazuelas
pueblerinas ciprés de
cementerio se huele en
el viento,
legiones infernales se
han levantado
robando la paz y vidas
de esta
ciudad mía.
¿Hasta cuándo
pulgarcito has de
respirar aliviado?
¿Hasta cuándo? tus
calles amanecerán
con sangre inocente,
¿Hasta cuándo tus
cerros?
Alojaran
carne putrefacta,
de nuestros
desparecidos.