17 de junio de 2015

GRACIAS PAPÁ







Bajo el silente esplendor
se levanta camina con la gélida brisa
que besa su cara,
el canto de las aves aladas
jubilosas le acompañan.

Con la esperanza intermitente
trabaja arduamente hasta
resbalarse el día en las paredes
blancas de esta ciudad mía,
renuncio a su vida para amarme
y guiarme hasta el final de sus días.

Con fe en su pecho, pide a Dios cada
mañana que me cuide de todo peligro,
su alma y su cuerpo a su hogar
ha entregado para darme su mejor ejemplo.

Mi mejor amigo y compañero de aventuras,
el mejor regalo que no pedí,
déjame abrazarte y besarte papá
y darte las gracias por  todo lo que me has dado,
si he herido tu corazón, aquí te pido perdón.







CARTA AL PADRE AUSENTE







En un jardín con ninfas y girasoles,
el celeste cielo resplandeciente,
aves aladas se posaban en las copas
de los árboles y las flores.

No existía la melancolía,
la golondrina magistral volaba,
el perfume de la naturaleza
alegraba el espíritu.

¡Juguemos decía! Siiii juguemos
respondían
¡Yo te busco primero!
Uno, dos, tres, cuatro, cincooo.
Ahí voy!...ya te encontré,
¡Estas tras el conacaste!
¡Otra vez, otra vez!
Y se volvía a repetir el juego.

Una cascada de azucenas les
acompañaba, cuando descansaban,
comían manzanas bajo la sombra
de un mamey, platicaban de sus
proyectos juntos.

¿No me vas dejar? Preguntaba,
Nooo no lo haré eres mi razón de existir,
besaba su frente y se fundían en un
eterno abrazo,
el viento tenue les acompañaba.

Como te he extrañado,
me he dormido llorando tu ausencia.
¿Hermoso sueño verdad?
Fue tan real que aun siento tus brazos
y el sabor de las manzanas, fue anoche
que te soñé.

Espero te guste esta carta que te escribo
con amor y añoranza papi.
Quien te ama y espera…tu hijo.


29 de abril de 2015

LLUVIA DORADA






Solo escuchaba los pensamientos,
en silencio y expectativa esperaba en la alborada,
allá…débil  asoma un platillo dorado pálido,
¡Calla, calla pensamiento! Que llega quedito
un feliz caballero.
Por el cielo de Oriente viene poco a poco con luz
refulgente, claros diamantes derramando a su paso.
Se expande de Norte a Sur con traslúcido velo de triunfo,
envuelto trae cantando el corazón de un niño para
entregarlo a las naciones que viven en desamor.
Oro puro diluye sobre la coronillas de todo ser vivo,
le acompañan angélicas melodías,
agradecidas cantan las avecillas.
En alegría se levanta el viento silbando en las colinas
montañas y llanuras, bailando con el pino silvestre
y las ramas de los cedros, la oruga, impaciente se abre
como el lirio y la flor.
Agrestes olas se besan en el denso mar,
apacibles ríos susurran una vez más, con alas ligeras
gigantemente abraza el mundo de día o de noche.
Con aire provincial, la armonía del cielo la tierra y el mar
Cantan,
¡Amaneció y el sol con voz de rey su fulgor regalo!