Tengo palabras,
palabras,
que se me escapan al
viento,
recónditas dormían,
en recovecos del alma
que desconocía.
Crepitan causadas por
tu
bofetón machista que
se vuelca
con desdén,
pretendiendo sea
mísera
esclava que se postre
a tus pies.
Al apuñalar el corazón
gritando
improperios olvidaste
las horas
pasadas… de ternura y
respeto.
Muchas veces
recogiendo,
algunas piezas de
moral esparcidas
en el suelo,
humillada levantando
la cara con
el llanto sin derramar
lagrimas,
he dicho… soy mujer digna,
no objeto
que se tira al
basurero.
Aun con el espíritu
compungido,
y las heridas abiertas
me he abierto
camino en el fangoso
terreno,
que embarro con
falacias
mis sentimientos.
Lamentablemente es una lacra que no se ha logrado extinguir.
ResponderEliminarEspero que algún día se respete a la mujer como se merece.
Un beso
Si asi es Eugenia coincido con tus palabras,
ResponderEliminaragradezco mucho tu tiempo y comentario.
Un abrazo.