Ha terminado otro día
chispeantes luces
plateadas
iluminan el cóncavo
cielo,
mi ojo clavado hacia
arriba
con el alma en agonía;
digo, otra página de
mi libro
queda vacía.
He caminado tanto que
a mi
derecha e izquierda,
me han acompañado
fantasmas
del pasado,
los he ignorado para
no fortalecerlos
en mi arduo andar.
Con reseca boca bajo
el sol
de mediodía visualizo
un oasis
corro hacia él,
ya… sin aliento al
intentar beberlo,
solo, solo es un
espejismo.
Abrumada por el
chasco,
a la escasa sombra de
un árbol
liquido salado inunda mi cara,
con el deseo mohecido… cementerio
de sueños y anhelos a la espalda.
Flotando de frio y
desesperanza,
con
lágrimas insensatas me acurruco,
exhalando suspiros al viento.
Que halo de tristeza dejaron tus versos, Karla, pero.., el personaje de tu poema nunca dejará las páginas vacías, de un modo u otro, escribió letras en esas hojas del libro de su vida. Todos escribimos letras, blancas o negras, pero las escribimos...
ResponderEliminarAbrazos
Fina
Siii querida Fina de algun modo se escriben letras negras o blancas quedan a la historia.
ResponderEliminarSiempre es un gusto recibirte, gracias por tu tiempo.
Un sincero abrazo.
Gracias por tu comentario, mi querida Karla. Voy a beber enseguida un poquito de agua fría para reaccionar por tu poema. Besos.
ResponderEliminarDon Antonio es para mi un honor visitarlo y tenerlo en estas letras
Eliminarde aprendiz, le agradezco sus palabras.
Un abrazo cálido
un poema triste pero muy bello, muy bien expresado y desbordante de amor, me gustó mucho, al igual que el blog
ResponderEliminarbesos querida
Pilar bienvenida! que me alegra que te gustara está entrada
ResponderEliminaral igual que este espacio, gracias por tu amable tiempo.
Saludos cariñosos.