Ha terminado otro día
chispeantes luces
plateadas
iluminan el cóncavo
cielo,
mi ojo clavado hacia
arriba
con el alma en agonía;
digo, otra página de
mi libro
queda vacía.
He caminado tanto que
a mi
derecha e izquierda,
me han acompañado
fantasmas
del pasado,
los he ignorado para
no fortalecerlos
en mi arduo andar.
Con reseca boca bajo
el sol
de mediodía visualizo
un oasis
corro hacia él,
ya… sin aliento al
intentar beberlo,
solo, solo es un
espejismo.
Abrumada por el
chasco,
a la escasa sombra de
un árbol
liquido salado inunda mi cara,
con el deseo mohecido… cementerio
de sueños y anhelos a la espalda.
Flotando de frio y
desesperanza,
con
lágrimas insensatas me acurruco,
exhalando suspiros al viento.