No sabía que sus ojos me miraban,
me seguían férreamente entre la gente,
que bajo los débiles rayos dorados,
de cada amanecer en su mente existe
la poesía delirante y muda al verme pasar.
Hoy tímidamente se asoma a mi ventana,
con una rosa roja y un nuevo poema
al despuntar el día.
con galantería adornada de cariño,
se acerca en absoluto silencio.
Hilvanando una historia de amor secreto,
que solo existe en su interior,
sentimiento que lo lleva atrapado en el alma,
amando en los escondrijos de su ser,
sin tiempo ni limite.
Es cascada de palabras dulces
esgrimiendo de sus labios justificando su
sentir apasionado y que no puede evitar,
veloz es este amor que llega y se presenta
inesperadamente con pies descalzos.
En penumbra aguarda la pasión ante la
pupila abierta de muchos,
bajo el manto celeste mañanero entre cantos
de aves aladas, discretamente,
con su mirada me dice … te quiero.